
Huella ambiental
Puede que de un tiempo a esta parte hayas empezado a escuchar la expresión “huella ambiental” de forma recurrente. ¿Pero sabes qué es? La huella ambiental es un análisis de los potenciales impactos ambientales que se generan directa o indirectamente a lo largo del ciclo de vida de un producto o de una organización. O, lo que es lo mismo, el impacto ambiental generado desde que un producto inicia su fabricación hasta que completa su función.
Para que lo entiendas bien, vamos a partir del ejemplo del vino. Antes de acabar en tu copa, han sido múltiples los procesos que han hecho posible que puedas disfrutarlo. Desde el cultivo al consumo se ven implicadas numerosas etapas –elaboración, embotellado, transporte, comercialización...-, cada una de las cuales se traduce en se traduce en un impacto potencial al medio de diverso índole. Por lo tanto, el cálculo de la huella ambiental supone la suma de cada uno de los impactos que de forma individual generan generan las etapas del ciclo de vida del producto.
En el sector vitivinícola, las emisiones pueden tener orígenes muy diversos: propios de la viticultura (tratamientos en suelos, tractores y maquinaria agrícolas, cultivos…), propios de la industria (energéticas, maquinaria de bodega y acciones enológicas) y propios del producto final (debidas a la adquisición de materiales como botellas, corchos o barriles, viajes de negocios, transporte de mercancías…).
La elaboración del vino no es uno de los procesos más contaminantes, pero no ello no rebaja los retos que afrontar por parte del sector en este aspecto, que pasan fundamentalmente por una correcta evaluación del impacto ambiental, para lo que es necesario marcar un sistema homologado de cálculo de huella ambiental; mejorar la eficiencia de los procesos para poder minimizar así las emisiones; y establecer una legislación común para su implantación en procesos, con el objetivo de poder mostrar al consumidor final un etiquetado correcto.
El aumento de la conciencia ambiental, vinculado al cambio climático, hace que el consumidor esté cada vez más implicado y penalice a los sectores y productos que no contribuyan a la preservación medioambiental. Esto ha provocado que numerosas empresas del sector vitivinícola hayan apostado por sistemas de producción alternativos, más respetuosos con el ecosistema, como modo de preservar el medio ambiente y reducir su huella.
Por lo tanto, como consumidor, también está en tu mano contribuir, apostando por aquellas bodegas que trabajen de manera certificada y sostenible para al medio ambiente. Gracias a #Dejatuhuella, puedes obtener información respecto al desempeño medioambiental del vino, las bodegas transmiten su compromiso y estrategias sostenibles que las caracterizan. El vino es saludable para ti y para el medio ambiente. Tú dejas la huella: haz que sume en el futuro.
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